domingo, 8 de junio de 2014

Independencia efímera y dominación Haitiana


                   

La independencia efímera 

La pobreza generalizada, la falta de atención por parte de España, la discriminación social de la minoría blanca hacia el grueso de la población, así como las influencias generadas por las revoluciones francesa y haitiana y los movimientos de emancipación americanos, propiciaron un ambiente generalizado de sentimiento anti-español. Se tiene conocimiento de las siguientes conspiraciones en el período que va de 1810 a 1821:

• Conspiración independentista de Manuel del Monte (clase media).
• Conspiración independentista de “los italianos”. En ella participó el líder de la Guerra de Reconquista Ciriaco Ramírez (clase media).
• Conspiración del habanero don Fermín García (clase media).
• Movimiento abolicionista e independentista de Mendoza y Mojarra (esclavos y libertos).
• Movimiento fronterizo separatista pro-haitiano; fue impulsado astutamente por el presidente haitiano Jean Pierre Boyer (hateros, comerciantes, militares, mulatos y esclavos de la zona fronteriza).

El Estado Independiente del Haití Español. Había otro grupo de conspiradores, conformado por altos funcionarios del gobierno y del ejército, que procuraba deponer a la administración española para proclamar un estado independiente que se aliaría en confederación con el proyecto bolivariano de la Gran Colombia. A la cabeza de este movimiento estaba José Núñez de Cáceres, quien se había desempeñado como teniente de gobernador y asesor general, y que en 1821 detentaba el cargo de auditor de guerra y rector de la Universidad Santo Tomás de Aquino. Fue Núñez de Cáceres quien proclamó el “Estado Independiente del Haití Español” el primero de diciembre de 1821.


Invasión haitiana. La independencia proclamada por José Núñez de Cáceres habría de durar muy poco tiempo. El presidente haitiano, Jean Pierre Boyer, que había estado tratando de concitar el apoyo de los dominicanos de la frontera para la unificación con Haití, invadió el lado este de la isla y tomo posesión el 9 de febrero de 1822. Vino con un imponente ejército de 12,000 hombres, y sabía que Núñez de Cáceres no contaba con el apoyo de los blancos propietarios que eran pro-españoles, ni con las descontentas poblaciones esclava (pequeña) y mulata que vieron que la nueva Constitución no establecía la abolición de la esclavitud. Boyer, además, había logrado el apoyo tácito de los productores de tabaco y comerciantes del Cibao.

La dominación Haitiana

Principales medidas del gobierno de Boyer.

En los planos jurídico y social:

• Proclamación de la igualdad política y social, esto es, eliminación de la esclavitud.
• Modificación del sistema de propiedad y tenencia de la tierra. Así, el lado este de la isla pasó del régimen español, basado en los terrenos comuneros, la posesión múltiple e irregular de la tierra, al régimen francés (que era el que se aplicaba en Haití), que se caracterizaba por la propiedad privada absoluta de la tierra garantizada por títulos emitidos por el Estado.
• Incorporación de representantes dominicanos ante el Congreso de Haití.
• Creación de un Consejo de Notables para la administración municipal.
• Establecimiento del matrimonio como acto civil.
• Clasificación de los hijos en legítimos y naturales (según nacieran dentro o fuera del matrimonio).
• Prohibición de los juegos de azar y de gallos. Estos últimos sólo eran permitidos en el campo, siempre que fuera sábado o domingo.
• Instauración de la educación obligatoria, laica y gratuita.
• Reclutamiento en el ejército de todos los jóvenes de 16 a 25 años. Esto hizo que la Universidad Santo Tomás de Aquino perdiera sus estudiantes y, por ende, tuviera que cerrar sus puertas.
•  Prohibición del uso del idioma español en los documentos oficiales.
•  Limitación de la celebración de las fiestas religiosas tradicionales.


En el plano económico:

• Confiscación y reparto de: a) todos los terrenos que no pertenecieran a particulares; b) los bienes muebles e inmuebles y todas las rentas territoriales y sus respectivos capitales que otrora fueran propiedad de la Corona española, así como los que eran propiedad de la Iglesia Católica; c) todos los bienes muebles e inmuebles de las personas que habían emigrado antes y después de la unificación.
• Obligatoriedad de todo nuevo propietario de tierra (que como mínimo tenía derecho a 76.8 tareas) de dedicarla al cultivo de frutos de exportación y de los víveres necesarios para su subsistencia.
• Adscripción de todos los trabajadores agrícolas a la tierra; no podían dedicarse a otra actividad sin autorización previa. Sus hijos también estaban obligados a dedicarse a la agricultura, debiendo contar con un permiso especial para poder ir a la escuela. En principio, todos los que no fueran funcionarios del gobierno o tuvieran una profesión reconocida debían dedicarse a la agricultura.
• Prioridad dada a los cultivos de café, cacao, caña de azúcar y añil, los cuales debían ser explotados según el sistema de grandes plantaciones al modo francés.
• Prohibición de la crianza de puercos o el establecimiento de hatos en extensiones de terrenos menores a aproximadamente 380 tareas de tierra.
• Suspensión del pago de los sueldos que los sacerdotes y miembros del cabildo eclesiástico recibían del Estado.
• Prohibición a los dominicanos de dedicarse al intercambio comercial. Sólo podían mercadear las personas de origen extranjero, los ciudadanos de origen haitiano y los representantes de casas comerciales internacionales. El dominicano que quisiera dedicarse a dicha actividad debía juramentarse como ciudadano haitiano.


Reacción de los dominicanos. Las disposiciones de Boyer suscitaron el rechazo de la generalidad de la población de la parte este. De una parte, la confiscación y reparto de tierras se vio en gran medida limitado, ya que la forma comunera de tenencia de tierras sin deslinde y delimitación exacta, así como la madeja de derechos de posesión, división, usufructo, venta y participación de que estaban afectados desde la era colonial, hacía muy difícil la determinación de los verdaderos propietarios y los derechos de cada cual. Por otra parte, el intento de imponer la agricultura con fines de exportación encontró la oposición de los grandes terratenientes y los pequeños campesinos que, en su gran mayoría, estaban habituados a vivir del hato ganadero, el cultivo de subsistencia y, en menor medida, del corte de madera.

El enfrentamiento que tuvo con la Iglesia Católica, la más afectada por las confiscaciones de terrenos y bienes, y el choque directo con el Arzobispo Pedro de Valera repercutieron también en la masa de la población que vio en estas y otras medidas (limitación de la celebración de las fiestas religiosas, prohibición de los juegos de gallos y de azar, obligatoriedad de las labores agrícolas, no uso del español en los actos y documentos oficiales, cierre de la universidad y reclutamiento militar de todos los jóvenes) un conjunto de políticas que contrariaba su sentir y ser nacional.

Aumentaba más el agravio el hecho de que las medidas económicas y los gravámenes fiscales impuestos a la parte este eran motivados por la obligación de pagar la suma de 150 millones de francos en compensación por los daños causados por la guerra de independencia haitiana, siendo dicha suma exigida por Francia exclusivamente a los habitantes de la parte francesa de la isla Santo Domingo.












Reconquista y España Boba                        Independencia Dominicana






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